Difundir la labor de las consultoras y animar a las Pymes a que recurran a sus servicios, es una forma de disponer de unos recursos de los que no podrían disponer por sí solas.

Muchas Pymes se están esforzando por salir a los mercados internacionales, pero se enfrentan a enormes dificultades. Su limitado tamaño les impide contar con los recursos necesarios (humanos y financieros) para abordar los mercados internacionales.

Una posible solución a este problema es “compartir gastos”, a través de la utilización de consultoras de comercio exterior.
Diversos estudios en los últimos años han mostrado en forma clara la relación directa que existe entre tamaño e internacionalización. Las empresas que más exportan, que representan el grueso de la exportación, son empresas de gran tamaño.

Gran parte de las empresas pequeñas carecen de recursos para poder internacionalizarse con unos requerimientos mínimos.

Muchas de estas nuevas Pymes exportadoras no tienen personal que hable inglés, no cuentan con recursos financieros para sostener una estrategia de internacionalización a mediano plazo, prácticamente ni saben lo que es un plan de exportación, no toman medidas elementales de precaución sobre potenciales deudores.

Las consultoras de comercio exterior pueden cumplir a este respecto una función muy positiva. Muchas empresas que no pueden permitirse tener un departamento propio de exportación, pueden “subcontratarlo” con una empresa de comercio exterior, a un coste razonable.

Son muchas las funciones que puede desempeñar una consultora de comercio exterior. Puede elaborar un plan de exportación para la Pyme, ayudarle a ejecutarlo, identificar posibles clientes, acompañar en viajes y negociaciones, gestionar ayudas estatales, gestionar un seguro contra impagos, etc.

Muchas Pymes no pueden tener un departamento de exportación propio, simplemente porque no se lo pueden permitir económicamente.

Pero una Pyme puede compartir un departamento de exportación con otras ocho o diez Pymes, compartiendo los servicios profesionales de una consultora.

Siempre existió un cierto recelo en algunos medios frente a las consultoras de comercio exterior. Como si su labor fuera un tanto espuria: al fin y al cabo, estas empresas “no exportan”, se “benefician” de la actividad de las empresas exportadoras.
Esta mentalidad estrecha debe cambiar. Las consultoras de comercio exterior son cada vez más necesarias, en estos tiempos en que salir al exterior en busca de nuevos mercados puede ser el inicio de nuevos negocios y un mayor crecimiento de la empresa. Hay que difundir su labor, animar a las Pymes a que recurran a sus servicios, como una forma de disponer de unos recursos de los que no podrían disponer por sí solas.

Fuente: Adaptado de un artículo de Atrium, blog de Iberglobal